Prolífico, singular, dueño de un talento exuberante, murió Carlos Masoch a los 71 años, ayer por la noche, tras sufrir un accidente de ACV.
La pintura y la radio fueron sus pasiones desde niño y, con la frase “no claudico, es mi camino” como emblema de vida, pudo cumplir ambos sueños.
Muchas veces en solitario, con un camino propio, a contrapelo del mainstream.
Fue además un lector empedernido, amante de la mitología..